EN EL AIRE Y MÁS ALLÁ...

martes, 22 de enero de 2013

UN PASEO BAJO EL PARAGUAS...


Que día tan frío el día de hoy...
Gris, lluvioso y corre un gélido aire que enfría hasta los recuerdos.

Es increíble cómo la ciudad puede hacerte variar de ánimo, traerte tantos sentimientos en cada paso que das, algunos buenos con sus sonrisas y otros no tan buenos que también buscan refugio en las líneas de tu rostro.

Odio salir cuando llueve, pero hoy no me ha molestado especialmente quizás porque necesitaba el aire de fuera. ¡Qué fácil me resulta encerrarme en cuatro paredes y qué gratificante volver a sentir la luz del día! Aunque sea opaca como la de hoy.

He dado un buen paseo, por llamarlo de alguna forma. En parte por cumplir con obligaciones y necesidades que son lo que últimamente me conecta con el mundo exterior, en parte porque sé que no quiero estar en casa todo el tiempo.

Me gusta el movimiento del autobús, ese indiferente transporte en el que he recorrido el mismo camino una y otra vez con diversos motivos. Y mientras observo por la ventanilla transparente, vienen a mí los fotogramas de escenas pasadas en ciertos lugares del recorrido, a veces un poco más lejos y a veces, más cerca, en los asientos de al lado del mío.

Cuando llego a mi parada y empiezo la marcha puedo verme sentada entre risas con mis amigos en un bar, divertida y despreocupada, o quizás veo tensión e incertidumbre en mi rostro porque unos pasos delante está el chico que me gusta y trato de aparentar desinterés. Aparto con una sonrisa tonta el recuerdo y sigo mi camino colmado de cientos de escenas diferentes.

Me veo sentada en una escalera esperando a mi jefe; me veo caminando hacia la biblioteca de económicas mirando de reojo a mi acompañante; me veo sentada en la Plaza de la Merced alguna noche de primavera, indecisa, y otra noche de verano, totalmente resuelta; me veo caminando con prisas una y otra vez en muchas direcciones; me veo en la calle Larios apretando los dientes para olvidar el dolor de pies tras varias horas de tacones; me veo en calles llenas de gente y luego me veo esas mismas calles vacías; me veo en las paradas de autobuses a todas horas mostrando toda una gama de emociones...

Tantos años en ésta ciudad y al menos la mitad de mis recuerdos recorriéndola son del año pasado; o quizás son esos los más intensos, los más felices, los menos solitarios, los que me sacaron de mi burbuja.

Realmente no anidan tantas cosas malas en mis líneas de expresión, pues sonrío incluso a las menos afortunadas.

Éstas calles atesoran fracciones de mi vida y yo por siempre atesoraré éstas calles.


No hay comentarios:

Publicar un comentario