EN EL AIRE Y MÁS ALLÁ...

martes, 29 de enero de 2013

12 HORAS SIN LUZ


La noche del viernes se fue la luz en mi departamento, como ya era de noche inmediatamente encendí una vela para poder tener algo de visibilidad.

Sonreí al llevar a cabo ese gesto, me trajo un agradable recuerdo de niñez, cuando se iba la luz en casa y mis padres encendían velas con el mismo fin que yo.

Me acuerdo cuando nos enseñaron a pasar el dedo en mitad de la llama, y el miedo que me producía pensar que podía quemarme… y cuando finalmente,  con los ojos totalmente abiertos y con la respiración contenida, lo hice comprobando que, en efecto, no causaba ningún daño.

Además contábamos alguna historia de miedo en penumbras, y papá nos hacía dar un salto de susto con algún golpe en la mesa cuando estábamos más atentas.

Una noche me incendié un mechón de pelo y extinguí rápidamente el fuego, antes de que se dieran cuenta, sin daños mayores que un olor a chamuscado y un mechón corto.

 Pero sobre todo recuerdo las ganas de que volviera la luz para poder apagar las velas de un soplo, la discusión con mi hermana sobre quien lo haría o la carrera hasta los candelabros en cuanto volvía la electricidad.

Tenía menos de ocho años, son recuerdos vagos… Pero afloraron todos cuando me quedé en tinieblas. Esperé un momento a que volviera, pero tardaba, y yo estaba sola; ni dedos cortando llamas, ni historias de miedo, ni pequeños incendios fortuitos, ni con quién pelear por sofocar el diminuto fuego.

Me acerqué al destello naranja y exhalé un suspiro que acabó con el brillo, dejándome a oscuras, pero con una sonrisa infantil en los labios.


sábado, 26 de enero de 2013

SÉPTIMO ANIVERSARIO


Hoy es tu séptimo aniversario y no puedo evitar sentirme aún más orgullosa de ti y del logro de este día.
Revivo el alivio de mis más profundos miedos y la esperanza de que todo saliera bien.

Agradezco que hoy puedas contarme una y otra vez con lujo de detalles, e infinita pasión, las mismas historias de siempre, sin cansarme nunca de escucharlas.
Me gusta el rumbo psicológico que toman a veces tus palabras y acciones desde entonces.

Amo tus chistes terriblemente malos, tu avidez de conocimientos, tu exquisita cultura general construida a base de curiosidad insaciable, y amo el “recuerda que te estoy pensando”, el “aprende a caminar antes de correr”, el “primero lo primero”  y el “solo por  hoy…”.

Tus fondos oscuros que me han llenado de pena y angustia, me hacen creer en la solidez de tus convicciones actuales.
Estoy segura de que soy quien soy, en parte  por quien tú eres, y que desde hace siete años soy una persona mejor.

Porque aquella noche no solo cambió tu vida sino también la mía, ambos volvimos a empezar.
Y aunque aún me inquietan inoportunos pensamientos de vez en cuando, consigo calmarme al recordar que no cambiarías mi sonrisa por NADA del mundo.

Te amo.

25-01-2013



martes, 22 de enero de 2013

UN PASEO BAJO EL PARAGUAS...


Que día tan frío el día de hoy...
Gris, lluvioso y corre un gélido aire que enfría hasta los recuerdos.

Es increíble cómo la ciudad puede hacerte variar de ánimo, traerte tantos sentimientos en cada paso que das, algunos buenos con sus sonrisas y otros no tan buenos que también buscan refugio en las líneas de tu rostro.

Odio salir cuando llueve, pero hoy no me ha molestado especialmente quizás porque necesitaba el aire de fuera. ¡Qué fácil me resulta encerrarme en cuatro paredes y qué gratificante volver a sentir la luz del día! Aunque sea opaca como la de hoy.

He dado un buen paseo, por llamarlo de alguna forma. En parte por cumplir con obligaciones y necesidades que son lo que últimamente me conecta con el mundo exterior, en parte porque sé que no quiero estar en casa todo el tiempo.

Me gusta el movimiento del autobús, ese indiferente transporte en el que he recorrido el mismo camino una y otra vez con diversos motivos. Y mientras observo por la ventanilla transparente, vienen a mí los fotogramas de escenas pasadas en ciertos lugares del recorrido, a veces un poco más lejos y a veces, más cerca, en los asientos de al lado del mío.

Cuando llego a mi parada y empiezo la marcha puedo verme sentada entre risas con mis amigos en un bar, divertida y despreocupada, o quizás veo tensión e incertidumbre en mi rostro porque unos pasos delante está el chico que me gusta y trato de aparentar desinterés. Aparto con una sonrisa tonta el recuerdo y sigo mi camino colmado de cientos de escenas diferentes.

Me veo sentada en una escalera esperando a mi jefe; me veo caminando hacia la biblioteca de económicas mirando de reojo a mi acompañante; me veo sentada en la Plaza de la Merced alguna noche de primavera, indecisa, y otra noche de verano, totalmente resuelta; me veo caminando con prisas una y otra vez en muchas direcciones; me veo en la calle Larios apretando los dientes para olvidar el dolor de pies tras varias horas de tacones; me veo en calles llenas de gente y luego me veo esas mismas calles vacías; me veo en las paradas de autobuses a todas horas mostrando toda una gama de emociones...

Tantos años en ésta ciudad y al menos la mitad de mis recuerdos recorriéndola son del año pasado; o quizás son esos los más intensos, los más felices, los menos solitarios, los que me sacaron de mi burbuja.

Realmente no anidan tantas cosas malas en mis líneas de expresión, pues sonrío incluso a las menos afortunadas.

Éstas calles atesoran fracciones de mi vida y yo por siempre atesoraré éstas calles.


sábado, 19 de enero de 2013

PENSAMIENTO VERANIEGO (2012)


Llevo un verano muy intenso… en realidad, todo el curso ha sido intenso, lleno de emociones conocidas y desconocidas pero en su mayoría buenas.

He tenido que hacer frente a muchas situaciones, que cumplir obligaciones, que organizarme el tiempo para hacer todo cuanto quería sin perder un segundo, sin descanso… y la verdad siento que me está pasando factura, más creo que ha valido la pena todo.

Este año he sido particularmente feliz, pero creo que el mejor día fue el de la fiesta pre-exámenes. Aquel día era feliz como los niños, sin ningún motivo.

Siento cansancio físico, mental, incluso cansancio emocional… ¿se puede sentir eso?
He abierto tanto la mente y el corazón que ya no puedo cerrarlos, ni quiero hacerlo porque he conocido el sabor del desahogo y es sumamente agradable.

Creo que ahora mismo estoy un poco desconectada de la realidad, aún asimilando la cantidad de cosas que han pasado estos meses a una velocidad vertiginosa, casi sin tiempo para pensar: el “todo o nada”, el “ahora o nunca”, el “lo tomas o lo dejas”, el vivir como si no hubiera mañana… 
Esos pensamientos que me han desarmado los miedos devolviéndome la libertad de elegir lo que realmente quiero sin pensar en los demás, sino en mí y en mí y en nadie más que en mí. 


DEUDAS


Últimamente he leído mucho esa frase que dice que la vida es tan buena maestra, que si olvidas una lección te la repite.

Debería haber una frase, o una continuación de ésta que diga: Si no entiendes porqué alguien te ha hecho algo, o no puedes perdonarlo, te pone a ti en la misma situación.
Claro que ya existe “No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti.” ¿Pero qué pasa si en un determinado momento haces algo que no sabes que no quieres que te hagan?

Solo cuando te ves en los zapatos del otro comprendes su angustia, sus dudas, su preocupación, incluso la felicidad o el egoísmo. Solo entonces ves los pros y contras, y lo absurdo que has sido y el daño causado y el amor perdido.

Pues sí, uno va adquiriendo deudas cada día y la vida te da la factura cuando quiere y el plazo para pagarla. Tú decides cómo… pero ésta vez decide bien.


18/12/2012.