Hace unos días estaba viendo "Los viajes Gulliver" y esta frase consiguió arrancarme una carcajada...
De por sí ya es graciosa, pero para mí tiene un significado especial...
Es sabido por las personas que me conocen o que simplemente han pasado algún tiempo conmigo, que tengo hipo constantemente. Todo el día, de hecho. Todos los días.
Y al escuchar tan ocurrente frase, empecé a recordar todo el repertorio de remedios "infalibles" para quitar el hipo y claro que éste es uno de los de mi lista.
Curiosamente a mí nada me quita el hipo... Es raro porque es muy breve y no es el típico hipo angustioso. En fin, mi imaginación que gusta de volar, se preguntaba si algún día me encontraría con alguien que me quitara el "hipo" y me convirtiera en "pótamo"...
Según uno de mis amigos la causa de mi peculiar hipo es el nerviosismo. Pero no siempre estoy nerviosa, aunque he de reconocer que cuando lo estoy, es más recurrente. Yo lo atribuyo además a todo aquello que no sea total armonía interior. Únicamente no tengo hipo ante la ausencia de emociones conflictivas.
Entonces, me cuestionaba si en algún momento llegaré a sentirme tan cómoda con alguien como para permanecer sin hipo durante toda su compañía, es decir, si llegaré a encontrarme en el lugar y el momento preciso y con el hombre adecuado para estar, simultáneamente, en completa paz con él y conmigo misma; sobre todo esto último.
Por una parte la ausencia de miedos y dudas, por otra, la total confianza para permanecer en silencio o hablar sin parar y sin pensar en qué estará pensando el otro en cuestión...
Es una de esas preguntas retóricas que llegado el momento responde el tiempo.
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